La plaza de Ranelagh es mucho más que un parque que rodea a la estación del ferrocarril, es el punto de reunión de jóvenes de esta localidad luego de horarios escolares, zona de fiestas en días patrios, escenario de encuentros corales y, como algunos de los vecinos del lugar comentan, eterno almacén de recuerdos que se pueden vis
itar.Rodeada por una amplia variedad de edificaciones, aquellas que dan carácter de zona residencial, se expresa la naturaleza en su amplia variedad de flores y plantas que son cuidadas y vigiladas puntillosamente por los habitantes de la misma localidad.
Fue en a principios de los años `90 cuando dejaron de transitar por esta localidad perteneciente a la ciudad de Berazategui, los de la ex línea Roca, y de allí en más, como si esto fuera una ventaja, fue aumentando el número de diversas especies florales las cuales transformaron a la plaza en la estación de ferrocarriles más bonita según encuestas realizadas por personal de Trenes Metropolitanos.
Colegios, residencias para ancianos, entidades benéficas y centros culturales encuentran en Ranelagh y su estación un lugar que según ellos recrea la vista, despeja la mente, reaviva recuerdos y hace un espacio a la nostalgia para quienes entre
lágrimas y risas recuerdan los comienzos de la estación, completamente desierta de flora, que solo constaba de una pequeña cabaña y una garita para el guardabarreras.
En el año `96, como dice Javier Bargas, actual propietario del puesto de diarios de la plaza y heredero del mismo por más de dos generaciones, “volvió a andar el carrito por la placita de Ranelagh” y de este modo comenzaron a surgir en sus alrededores locales y puestos comerciales, junto con la infaltable feria de frutas y verduras de los días jueves.
Entre alguna que otra sana rivalidad que se pueda encontrar cerca de esta
apacible localidad, se puede contar la que existe entre el colegio Padre Márquez y el instituto Nuestra Señora de Ranelagh, los cuales en días festivos y más allá del deporte en cuestión, compiten para darle un motivo más a los festejos de la muy querida y cuidada estación. Pero estos cuidados están además perfectamente organizados por un grupo autodenominado “Asociación Amigos de la Estación de Ranelagh”, quienes al menos una vez por mes se dedican a la manutención de todo el parque y sus alrededores, todo esto sin ayuda de la municipalidad.
Otra de las gran
des atracciones que posee Ranelagh es su Club de Golf, que pertenece al célebre golfista argentino Roberto De Vicenzo, quien vive además en la localidad junto a gran parte de su familia.
Es por esto que es mucho más que una simple estación de trenes y a la vez mucho más que una simple plaza, es para vecinos, visitantes trabajadores del lugar un fiel reflejo de un modo y de vida, quizás alejado de la bulliciosa ciudad.
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