sábado, 25 de noviembre de 2006

La actualidad de la plaza Bruckman

Una incógnita de color verde esperanza


Sin Dudas la ciudad de Buenos Aires es una dimensión en la que cada uno de sus habitantes vive en su mundo, bajo sus reglas y sobre todo a mucha velocidad. En este planeta, también existen los espacios verdes que funcionan como una especie de decoración de la metrópoli y son sede de encuentros, amor y diversión.

El repaso por las tantas plazas porteñas, llega a la zona de San Cristóbal, precisamente en la esquina de jujuy y México donde se ubica la Plaza Bruckman. justamente su nombre deriva de la lucha de los obreros de la fábrica Bruckman, hoy nuevamente en manos de los trabajadores.


Cada fín de semana en este lugar se desarrollan las actividades de La Oruga, dedicada a recuperar el espacio público. Entre sus temáticas, se destacana: los coros, una biblioteca popular, juegos didácticos para los niños y pequeñas obras de teatro.

El terreno ostenta la mitad de la manzana entre las mencionadas calles, sumandose a las mimas la avenida Independencia y Saavedra. En él, un colegio municipal sueña con que sus alumnos puedan salir al recreo y jugar en el césped. se divisan bancos, mesas, hamacas, toboganes y sobre las paredes murales artisticos.

A lo lejos puede divisarse una pareja de ancianos disputandose una reñida partida de ajedrez, se escucha una radio que emite un partido de fútbol y varios chicos haciendo de ese deporte una realidad.
Sin embargo, pese a los lindos momentos, la plaza sufre también de la inseguridad que se vive en el país y esto provocó que quede cercada. El parque se fue convirtiendo en sede de aquellos que se unén por el alcohol, la droga y las peleas;un paisaje que se va convirtiendo en desolador a medida que la noche avanza.

A primeras horas de la mañana sólo se observa un enorme basural que no permite disfrutar de este espacio verde; el lugar ya no es el mismo.

Otras plazas sufren la misma situación que Bruckman por lo cual deben ser enrejadas, entre los casos más conocidos se encuentran; el Parque Centenario, Parque Rivadavia y el espacio de Dorrego y Corrientes.

Entendemos que cada zona donde haya juegos y sea motivo de diversión para los más pequeños y de recordar viejas épocas. es un viaje a la felicidad y un patrimonio cultural de la ciudad que seguirá sobreviviendo a lo largo de los años.


Quedará de rever la posibilidad de que la plaza recupere su libertad, tomar mayores medidas de seguridad y que cada espacio verde vuelva a pertenecer a las personas del barrio. El sueño, justamente del grupo La Oruga y el de todos también.










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